Llevaba tiempo con ganas de hacer una bailarina. Me parecen muy estéticas y delicadas. Me gustan, sobre todo las de clásico.
A mí siempre me gustó bailar. Es algo que llevo dentro desde pequeña. De hecho ahora, cuando veo algún espectáculo, ya sea flamenco o clásico, se me ponen los pelos de punta. Siento cómo mi cuerpo reacciona y a la vez se emociona. Disfruto viéndolos, aunque siento una especie de extaña pena. En el fondo no consigo dejar de pensar en cómo hubiera sido mi vida si hubiera trado por ahí. Siento un deseo por no parar, que sale a flote cuando tengo delante de mí a todos esos preciosos cuerpos ágiles, que ejecutan figuras perfectas al compás de las músicas.
Bueno, supongo que esto nos pasa a muchos...Mari, Riti, Ani, jijiji. (Vosotras sí sabeis de qué hablo).
Os dejo a mi bailarina Elisa. Es clásica. Le hice sus puntas en marroncito a juego con el vestido. Espero que os guste.